Aportar valor en cada una de las acciones realizadas para el cliente interno, externo, proveedores y demás involucrados en los procesos.
No realizar prácticas ni difundir información confusa, engañosa, fraudulenta o injusta, incluida la omisión de información esencial; evitando a toda costa las tácticas que involucren “letras pequeñas”. Asimismo, se compartirá información pertinente, de forma fácil, accesible y comparable para facilitar la toma de decisiones de consumidores o clientes.
Informar sobre los términos y las condiciones de los productos ofrecidos, para que no haya lugar a dudas por parte de los clientes y consumidores, de lo que se está adquiriendo, los derechos que conlleva el producto; así como el buen y mal uso del mismo. Asimismo, se debe dar a conocer abiertamente los precios, promociones u ofertas, la vigencia de los mismos y los stocks disponibles.
La comunicación debe salvaguardar el derecho de todas las personas a su imagen e intimidad y se debe evitar el uso de imágenes no autorizadas, en especial de niños, niñas y mujeres en estado de vulnerabilidad; así como tomar en cuenta los intereses y necesidades de los grupos vulnerables. No transmitir mensajes ni hacer uso de recursos que perpetúen estereotipos de género, religión, raza, discapacidad, relaciones personales u otras.
Generar mensajes oportunos y facilitar el acceso y creación de canales de comunicación donde se pueda mantener un diálogo continuo y transparente de la empresa con sus clientes y consumidores, con la intención de informar, educar y atender quejas y/o sugerencias. Toda la información relevante para la toma de decisiones sobre el producto deberá ser debidamente traducida para que todos los clientes y consumidores puedan entenderla.
Se debe buscar en todo momento la protección de la salud y seguridad del consumidor y promover la educación sobre el producto y el consumo responsable.
Informar de forma transparente a los clientes y consumidores sobre los impactos económicos, ambientales y sociales de sus productos y actividades.